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EL PERÍODO ARCAICO TEMPRANO (Grecia, 730 - 580 a.C.)

LA FORMACIÓN DE LA POLIS 

"El período que siguió a la destrucción de los palacios heráldicos alrededor del año 1300 a.C. por parte de invasores procedentes del norte se conoce, generalmente, como la Edad Oscura. El país cayó en un analfabetismo total hasta el año 800 a.C. aproximadamente, cuando se desarrolló una escritura completamente distinta del alfabeto fenicio. Tampoco hubo arquitectura, pintura o escultura de gran tamaño hasta más o menos la misma fecha. Sólo sobrevivieron dos artes del pasado heráldico: las del trabajo de bronce y la cerámica; la primera dedicada en su mayor parte, al a fabricación de armas y la segunda, principalmente a la de sencillos utensilios prácticos, escasamente decorados, con motivos transmitidos de un período anterior. En el registro arqueológico, que es nuestra única fuente de información, empiezan a aparecer signos de recuperación alrededor de principios del primer milenio a.C., con la introducción de la tecnología del hierro. Los artefactos más interesantes de este período son vasos de cerámica hechos en Atenas - entonces una pequeña ciudad que tenía una ciudadela en la Acrópolis en los tiempos heráldicos, pero que sólo ahora empezó a tener una posición dominante-. Quizá la palabra "vaso" pueda llevar a error, ya que eran estrictamente utilitarios -tazas, jarras y tazones para vino y agua- y nunca concebidos con pro´ositos ornamentales, aunque a veces se colocaban sobre las tumbas. Técnicamente tiene una calidad tan excedente como cualquier otra vasijas realizada anteriormente en Grecia o Creta, torneados de formas audaces y simétricas con una uniforme textura superficial. El período arcaico se divide generalmente en "tempranos" (730-580 a.C.) y "tardío" (580-590 a.C.), aunque reconocidos estudiosos sitúan el comienzo de dicho período hacia el año 1000 a.C.). Para simplifacar, entenderemos aquí por edad arcaica la que abarca desde finales de la Época Oscura (siglos IX - VIII a.C.) hasta las Guerras Médicas. Los inicios del período arcaico están marcados culturalmente por la difusión de la escritura y por el nacimiento de la polis. Desde hacía milenios, existían en Oriente asentamientos humanos de grandes proporciones y recintos amurallados, pero la extraordinaria novedad de la polis reside en que se trata de una estructura integrada, abierta por principios a la dialéctica de los diversos intereses económicos, a la movilidad social, al intercambio de funciones y a los derechos fundamentales del hombre (excluidos, evidentemente, los esclavos). Uno de los puntos clave en el proceso de construcción de la polis es la relación entre aldea y ciudad arcaica. Tras la crisis del mundo micénico y la desaparición (o el proceso de redimensión) del sistema constituido por la ciudadela/ palacio (asta) y por el distrito rural (damos), el paisaje de Grecia estaba poblado por comunidades rurales. En la base de estas aldeas se encontraba el oikos (casa, familia), una especie de familia que se ampliaba a los siervos, entendida también como unidad productiva autosuficiente que dependía del cultivo de la tierra. El consiguiente dinamismo económico condujo a la formación de patrimonios, que llegaron a ser ingentes en el caso de algunos reyes (asiléis) y jefes de grandes oikos, y aceleró la diversificación social. de la fusión de varias aldeas surgió la polis, a través de un proceso que los antiguos llamaron sinecismo (synoikismòs, ir a vivir juntos) y en el que desempeñó un papel muy importante la elección de un lugar común para el culto, lo que favoreció la trabazón de la comunidad en torno a su realidad material (un altar para el sacrificio, después un templo) y simbólica (rito). Poco después de mediados del siglo VII a.C., se acuñaban en Lidia trozos de electro con forma de alubia troquelados con artefactos. Pero cien años después, los griegos normalizaron la forma en un disco modelado en relieve con el emblema de la ciudad que lo había emitido -en Atenas, por ejemplo, la cabeza de Atenea en el anverso, y el búho sagrado en el reverso. Como los diseños se cambiaban y modificaban frecuentemente, las monedas proporcionan una historia en miniatura del arte griego desde el período arcaico al helenístico. En las más antiguas, las cabezas de perfil tienen ojos frontales y los animales están estilados. Posteriormente reflejan los ideales naturistas del período clásico."

HUGH HONOUR, JOHN FLEMING, Historia mundial del arte. Madrid: Akal (1982)